martes, 16 de junio de 2020

OCTAVA CLASE

¡Buenos días, chic@s! ¡Bienvenid@s a una nueva clase de Lengua y Literatura hecha con todo mi cariño desde mi hogar... para que llegue directamente a los vuestros. 

Espero que empecéis con ganas de aprender y de trabajar la entrada correctamente en el cuaderno. No olvidéis poner el título de la clase en mayúsculas antes de empezar.

Hoy la música que os propongo es de un compositor de nuestros tiempo, un contemporáneo; espero que te guste: ¡Haz clic! ¡Empezamos!


LITERATURA

Hoy te recomiendo que estudies la interesantísima poesía religiosa del siglo XVI muy característica de la literatura de este siglo.


Hoy repasaremos a la llamada Santa Teresa, nacida en Ávila en 1515 con el nombre de Teresa Sánchez de Cepeda. Aunque os pueda parecer sorprendente, en esta época los conventos estaban llenos de mujeres independientes que se habían ordenado monjas para escapar de una vida de sumisión al marido. Recordad que eran muy habituales los matrimonios de conveniencia impuestos por las familias y que se esperaba de las "buenas esposas" que no sacaran la nariz de la puerta de casa y pasaran a ceder su voluntad del padre al marido. Es por esto que algunas mujeres con ansias de vivir una vida más libre, curiosamente se terminaron enclaustrando en conventos, desde donde algunas estudiaron, escribieron, compusieron música y se dedicaron a tareas que hubiesen sido impensables para las mujeres casadas. 

Ahora puede que comprendas mejor a Teresa Sánchez, porque ella huyó de la casa de sus padres para ingresar en un convento y fue a lo largo de toda su vida una líder nata: culta, valiente, decidida, enérgica y enormemente activa y emprendedora. 

Creó una orden, la de los Carmelitas Descalzos, que huía de la riqueza y la ostentación para recuperar el voto de pobreza, servicio y oración. Viajó por toda España fundando conventos y trató con mucha de la gente más importante de su época para conseguir financiación para su proyecto. Paralelamente, se empeñó en que todas las religiosas de su Orden debían aprender a leer y a escribir (cosa que no agradó mucho a la jerarquía eclesiástica), afirmando:

Leer es tan importante para el alma como lo es comer para el cuerpo

La parte más morbosa de  su vida (esa que se ha retratado en numerosas obras de arte, piezas teatrales, series y películas) son los éxtasis en los que entraba cuando sentía dentro de sí la presencia de Dios. La Iglesia no vio con demasiados buenos ojos ni una actividad ni la otra y la confinó prohibiéndole salir del convento. 

Pero su fama y su influencia no acabaron con su muerte. Solo treinta años después de su fallecimiento fue beatificada y hoy día sus escritos se consideran fundamentales en la historia de la Iglesia, que la nombró Doctora en 1970. En la actualidad, sigue siendo muy venerada en todos los países de religión católica y son miles los conventos que hay en todo el mundo de la Orden fundada por ella hace ya cinco siglos.


Para que comprendas la entidad intelectual de Teresa de Jesús, te dejo una frase suya, que es absolutamente magistral:




Como ya estudiamos las características de la mística con su amigo y compañero de fatigas San Juan de la Cruz, no hace falta que te explique que en los textos de Santa Teresa se refleja una relación de amor entre ella (su alma) y Dios. Leeremos uno de sus poemas más famosos con mucha atención para trabajar después su significado:


Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor,
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di puso en mí este letrero:
«Que muero porque no muero».

Esta divina unión,

y el amor con que yo vivo,

hace a mi Dios mi cautivo

y libre mi corazón;

y causa en mí tal pasión

ver a mi Dios prisionero,

que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

Acaba ya de dejarme,
vida, no me seas molesta;
porque muriendo, ¿qué *resta,      (porque una vez que haya muerto, lo que llegará es que viviré y gozaré)
sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme,
muerte, que así te requiero:

que muero porque no muero.


Comprensión del texto

Sé que hay mucho material que te puede tentar en Internet, pero vuelvo a pedirte madurez: si consultas las repuestas por ahí estarás perdiendo el tiempo y lo que es peor; la ocasión de aprender.

1. Observa la primera estrofa:


Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.

a) Explica a qué se puede referir la religiosa con la metáfora alta vida del segundo 
verso.

 b) Explica por qué habría una PARADOJA en el último verso (muero porque no 
muero). Si hace falta consulta el concepto de la paradoja

2. Observemos ahora la tercera estrofa:

Esta divina unión,

y el amor con que yo vivo,

hace a mi Dios mi cautivo

y libre mi corazón;

y causa en mí tal pasión

ver a mi Dios prisionero,

que muero porque no muero.

a) ¿Por qué afirma que Dios es su cautivo?, ¿dónde está encerrado?

b) ¿Qué figura retórica hay en las palabras destacadas?

3. Vamos con la cuarta estrofa:



¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

a) Santa Teresa afirma que su alma está metida en una cárcel y unos hierros de los 
que ella quiere escapar: ¿cuáles serán? (Ojo: se trata de una metáfora; no se refiere 
al convento).

b) A Teresa le resulta muy duro el destierro. ¿De qué destierro estará hablando? 
(Recuerda el origen de la Humanidad para la cultura judeocristiana, el Génesis).

c) ¿Sabrías darle significado a la metáfora en la que se queja de que esperar la 

salida le causa dolor? ¿Cuál es esa salida; es decir, cómo se puede salir de esa 

cárcel en la que está?


4. Abordamos la última estrofa:

Acaba ya de dejarme,
vida, no me seas molesta;
porque muriendo, ¿qué resta,
sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme,
muerte, que así te requiero:

que muero porque no muero.


a) Recuerda que el VOCATIVO es una palabra o expresión con la que llamamos la 
atención de la persona que nos lee o escucha (Carmen: tráeme el libro). ¿A quién se 
dirige Santa Teresa: encuentras algún vocativo en esta estrofa?

5. Por fin, después de haber analizado con detalle el poema, creo que podemos 
animarnos a expresar la intención con la que Santa Teresa escribió estos versos.


Y PARA TERMINAR...

Entra en esta entrada del blog y repasa los conceptos fundamentales del género lírico (métrica, tópicos, figuras retóricas...): ¡Haz clic! 

Una vez estudiada la teoría: busca figuras retóricas en los siguientes versos:

1.  No perdono a la muerte enamorada,                                         
 no perdono a la vida desatenta,
      no perdono a la tierra ni a la nada.

2. Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento 


3. Tu pelo oscuro hermoso como la noche


4. 
El amor llamó a su puerta 

5. Todas visten un vestido
todas calzan un calzar
todas comen a una mesa
todas comen de un pan

6. La luna estaba de broma
diciendo que era una rosa
con una capa de viento

7. La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar


8. 
La vida es un viaje; no un destino

9. Érase un hombre a una nariz pegado

10. Abrió imperceptiblemente sus labios de coral

11. ¡Oh muerte, que das vida! (Hay dos distintas)

12. La delicada piel de su rostro era blanca como la leche

13. El campo duerme, temblando/ en su celeste tristeza

14. Por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada la rosa...

15. Ante el vicio de pedir, la virtud de no dar


¡¡Enhorabuena, llegaste al final!! Nos vemos en la próxima clase 👌😊

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